A mediados de octubre, al explicar a los analistas los pésimos resultados de AMD en el tercer trimestre [caída del 25% en los ingresos, pérdidas netas de 157 millones de dólares], el CEO de la compañía, Rory Read, les dijo que el mercado de PC está cayendo más rápido de lo esperado, lo que obliga a acelerar sus planes de reforma del modelo de negocio, que pasan por asentarse en otros mercados. El elemento fundamental de esa reforma era esperado, pero se desveló anoche: un acuerdo con ARM para desarrollar procesadores de bajo consumo para servidores, combinando tecnologías de ambas. Para disipar suspicacias, Read detalló otros elementos de su estrategia, pero este es el esencial.
Según el anuncio, el primer fruto de la colaboración será un system-on-a-chip de 64 bit, basado en un núcleo de ARM, que se instalarán en sistemas bajo la marca SeaMicro disponibles a partir de 2014. Aparentemente, ese chip no estará a disposición de otros fabricantes, aunque AMD intentaría negociar con grandes consumidores de servidores, como Amazon, Google o Facebook. Por tanto, AMD ha preferido no iniciar el desarrollo de un núcleo propio ni ha adquirido una licencia ARM para hacerlo en el futuro. Es una opción motivada por consideraciones financieras y la prisa por llegar cuanto antes al mercado.
“Hemos subestimado la velocidad de cambio de nuestra industria – ha admitido Read – pero creemos estar a tiempo de transformar el negocio de AMD, a condición de implantar la transformación ya mismo y con un calendario compulsivo”. Los productos que nazcan de la iniciativa común con ARM no estarán en el mercado antes de 2014, por lo que las cuentas de AMD seguirán dependiendo por ahora, para bien o para mal, de sus chips para PC, que actualmente representan el 85% de sus ingresos.
Un pilar adicional de la nueva estrategia es el impulso a su actividad en los sistemas ´embebidos`, que hoy representan el 5% de los ingresos pero deberían subir hasta el 20% en los próximos doce meses. Lisa Su, VP de AMD a cargo de las operaciones globales, ha comentado a los analistas que la compañía tiene varios “diseños ganadores” que en su momento irá desvelando, para aplicaciones en comunicaciones, industria y juegos. Esta última mención despertó una especulación colateral: AMD suministra chips a Nintendo para la consola Wii, y a Microsoft para la Xbox 360; la máquina de rumores cree haber entendido que una Xbox 720 podría estar en ciernes y, si así fuera, habría también una PlayStation 4 de camino. ¿En 2013?
Al margen de estos rumores, el desafío que presentan los sistemas ´embebidos` es que tienen ciclos de diseño más largos que los habituales en los chips para PC, y sus precios son más bajos, por lo que la escala pasa a ser relevante. Según Read, AMD está bien situada para ese reto: “nuestras APU [Accelerated Processor Unit] de bajo consumo, la propiedad intelectual en soluciones para gráficos y la capacidad de reutilizarla para nuevos diseños, nos dan ventajas a la hora de construir APU específicas para nuevos clientes en nuevos mercados”.
A juicio de los expertos, los sistemas ´embebidos` tienen menos impacto a largo plazo, pero un gran potencial de contribuir a los ingresos a corto y medio plazo. Lo contrario ocurre con la alianza para desarrollar una arquitectura heterogénea – en la que AMD participa con ARM y MediaTek – que permitiría contar con sistemas de computación paralela: potencial alto a largo plazo, nulo a corto como fuente de ingresos. En este concepto, la CPU y la GPU tienen idénticos privilegios de acceso a la memoria, y en caso de materializarse el proyecto, se diluiría la ventaja que Intel mantiene sobre AMD y ARM.
Por otro lado, la compra de SeaMicro, el pasado febrero se ha revelado como la carta de más valor en la baraja de AMD, a juzgar por el anuncio del lunes. Los microservidores son el último grito de esta industria, a favor de una tendencia que escinde los grandes centros de datos con arquitectura convencional de otros más especializados, con servidores heterogéneos y necesidad de reducir el consumo de energía drásticamente. En la primera categoría, los Opteron de AMD compiten contra los Xeon de Intel, y el acuerdo firmado con ARM le permitirá tomar posición en la segunda.
Distanciarse del PC no significa en modo alguno renunciar a la arquitectura x86, de la que AMD es “copropietaria”. Tampoco parece que su alianza con ARM vaya a extenderse a los procesadores para smartphones – en los que le costaría mucho hacerse hueco – ni a las tabletas bajo Windows 8, en las que sí va a estar activa. La primera familia de chips para tabletas, que en el roadmap elaborado tiempo atrás se llama Hondo, tiene un primer exponente comercial, el Z-60 de doble núcleo, hasta ahora sólo usado por Fujitsu en su tableta Stylistic Q572. Según fuentes de AMD, en el CES de Las Vegas, a comienzos de enero, se presentarán diez o doce modelos de distintos fabricantes, con procesadores de dos y cuatro núcleos. Se recuerda que en 2011 el entonces CEO, Dirk Meyer, se la jugó con el Z-01, cuyo rechazo por la industria le costó el puesto.
Su sucesor, Rory Read, después de atravesar un pésimo tercer trimestre, con ingresos inferiores a los de hace tres años, y previendo otra catástrofe en el cuarto, siente la urgencia de mostrar a los inversores que tiene un plan para volver a la rentabilidad. Pero tiene que moverse con cuidado, en razón del achicamiento de su tesorería. La cuestión del cash flow fue planteada por varios analistas, que insistieron en preguntar cómo podrá AMD reducir su plantilla a la vez que promete acelerar la introducción de nuevos productos, y hacer ambas cosas con cada vez menos dinero en el banco y sin margen para endeudarse.